A los estudiantes que asisten a clases v exámenes extramuros.


¿Quiénes organizan las clases extramuros?
Las autoridades universitarias se llenan la boca, diciendo que organizan clases extramuros para que los estudiantes que sí quieren estudiar no pierdan el tiempo o el semestre. ¿Desde cuándo tanta preocupación por los estudiantes? Esas son las mismas autoridades universitarias que jamás se han preocupado por los estudiantes, que han cerrado lugares en las escuelas donde podrían estar estudiando miles de estudiantes que hoy son rechazados; las que inscriben en Física a estudiantes que pidieron la carrera de letras Francesas e inscriben en Ingeniería Química a los que pidieron estudiar para guitarristas; las que mandan a los estudiantes que viven cerca de Cuautitlán a estudiar a Ciudad Universitaria y viceversa; las que mandan a niñas de quince años al turno nocturno de la Preparatoria para que tengan que salir de sus escuelas a las 10 de la noche y llegar a sus casas a las 11; las que permiten que decenas de grupos de cada CCH pasen la mayor parte del semestre sin profesor; las que mantienen a los profesores con salarios denigrantes y ninguna posibilidad de prepararse y preparar sus clases; las que han estado imponiendo cobros ilegales por todas las actividades escolares: uso de laboratorio, uso de equipo de cómputo (en las escuelas donde hay...), cursos de regularización carísimos para los que adeudan materias, que la credencial, que el examen extraordinario...; esas autoridades universitarias que hoy pretenden expulsar a decenas de miles de estudiantes de la UNAM imponiéndoles cuotas que no podrán pagar, cerrándoles el acceso a una licenciatura en la carrera de su elección o expulsándolos si en un plazo no realista no han terminado sus estudios.

El fin de las clases extramuros no es de ninguna manera el de atender a los estudiantes. Su fin es el crear una imagen de que la universidad está funcionando, de que sólo son unos cuantos los que están en huelga, y así preparar un golpe, que puede llegar a la represión directa, a los estudiantes que están luchando por una universidad abierta a todos. El fin de las clases extramuros es juntar un grupo de estudiantes para usarlo políticamente como un ariete, como una fuerza en contra de los huelguistas, es tratar de dividir a los estudiantes en dos bandos y enfrentarlos unos a otros. Y para eso sí tienen dinero, para alquilar salones de fiestas y centros nocturnos, para gastar millonadas en propaganda y avisos en los periódicos y para contratar servicios de seguridad privados, para acondicionar locales inútiles cuando nunca fueron capaces de dar un mantenimiento decente a nuestras escuelas. Para esa acción política están dispuestos a gastar varias veces lo que pretendían obtener mediante las cuotas, lo que demuestra una vez más que el plan de las cuotas no obedece a la falta de recursos de la UNAM sino al plan de convertir la UNAM en un mercado donde sólo tenga valor el dinero.

Compañero, tú sabes lo que sucedió en la UNAM cuando en contra de todas las protestas y de decenas de miles de universitarios que se oponían a las cuotas, el rector hizo que el Consejo Universitario las aprobara de la forma más tramposa y vergonzosa. Tú sabes lo que sucedió en tu escuela, cuando después de esa oprobiosa acción del rector, escuela por escuela decidieron adherirse a la huelga, unos por votación en asamblea, otros por votación en urnas, otros por votación de los representantes por grupo. Tú sabes que ésta es la huelga más consensada de toda la historia de la UNAM. No dejes que te utilicen las autoridades universitarias como un peón en contra de la mayoría de los estudiantes, como un peón a favor de su intento por imponernos a todos una universidad excluyente, reducida a los que tengan recursos para pagar sus cuotas. Y si no crees que es una mayoría la que está en contra de las cuotas, asómate a la próxima marcha que organicen los huelguistas, asiste a verla directamente para que no te cuenten en la televisión que fue una minoría. Y después de eso te invitamos a integrarte a la huelga y ser parte de este movimiento que crece y se fortalece todos los días.

¿Qué son las clases extramuros?
Las clases extramuros son además un fraude desde el punto de vista académico. No hay condiciones para que se den clases que mínimamente cumplan los requisitos para una enseñanza adecuada, ni se puede continuar con los programas ni se cuenta con los profesores necesarios, muchos de los cuales no se prestan para esas mascaradas y otros irán obligados a presentarse fuera de sus lugares de trabajo y en contra de sus convicciones para realizar actos que no son académicos sino de vil propaganda.

Mucho menos aún los exámenes que han pretendido realizar las autoridades de las Preparatorias, en condiciones en que es imposible una evaluación justa y académica, en locales inapropiados desde el punto de vista de higiene; seguridad y operatividad, con una convocatoria que deja fuera a todos los huelguistas y a una gran cantidad de los que no lo son, pero que no tienen acceso a los citatorios, en donde se está tratando de crear enfrentamientos entre estudiantes, usando a unos como arietes y carne de cañón contra sus compañeros.

Todas las actividades extramuros quedarán anuladas cuando se reabra la UNAM y entonces todos, absolutamente todos los estudiantes podremos juntos terminar nuestro semestre y presentar nuestros exámenes en condiciones de igualdad, con todas las condiciones para hacerlo dignamente y auténticamente.

¿Qué quedará de las clases extramuros en la historia?
En 1929 se consiguió la autonomía de la UNAM gracias a una huelga. La UNAM recuerda a los que participaron en ella y reconoce que gracias a su esfuerzo nos dieron una relativa libertad a pesar de que últimamente los rectores se hayan encargado de limitarla al obedecer sólo las órdenes del gobierno y de los organismos financieros internacionales. De los estudiantes de 1929 que simplemente se fueron a sus casas nadie se acuerda. Lo mismo puede decirse en relación al movimiento estudiantil de 1968 que cambió el rumbo de este país y que hoy hasta los rectores antiuniversitarios como Barnés tienen que reconocer. En 1987 otra huelga impidió que el rector Carpizo convirtiera a nuestra universidad en una fábrica de títulos sin valor, al igual que hoy lo pretende Barnés. Este hecho está todavía muy cercano como para que los rectores traten de apropiarse de él.

Cuando dentro de algunos años se hable del movimiento de 1999 por una universidad abierta; gratuita y en la que unos cuantos funcionarios no decidan el destino de cientos de miles de estudiantes en función de los intereses de los banqueros y grandes explotadores.

Cuando en el año 2020 tus hijos te pregunten qué hiciste tú el siglo anterior cuando se desarrollaba ese importante movimiento, ¿qué les vas a contestar? ¿Que te fuiste a tu casa a ver en la televisión las mentiras que se decían sobré los estudiantes'? ¿Que preferiste tratar de cubrir unos créditos, aún a sabiendas de que con esos estarías perjudicando a tus compañeros que estaban luchando no por su interés individual sino por el de las generaciones venideras? ¿Que te prestaste a los juegos perversos de las autoridades universitarias para intentar acabar con uno de los movimientos más justos y generosos de los últimos años?

Comisión de Propaganda Asamblea General de Ciencias



Por mi raza hablará el espíritu.




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