Un año hace que se proclamaba el cambio en este país, y en ese año hemos sido testigos de que todo fue una ilusión, una forma más de embaucar al pueblo para darle más de lo mismo.

Ha sido una lección muy dura, sin embargo, seguimos empeñados en agachar la cabeza antes que actuar por nuestra cuenta. Nos empeñamos en seguir exigiendo algo que nunca se nos va a conceder, y así vuelven los maestros a sus marchas, los obreros a sus reniegos, los estudiantes a sus gritos, y entre tanta energía desperdiciada, sólo se asoman sus caras en las cuales se dibuja un gesto de frustración.

Mientras no aprendas de la Historia, pueblo mío, ese gesto no se borrará de tu semblante, al contrario, se combinará con un amargo sabor en tu boca, producto de la impotencia, una impotencia que tú fomentas y que será causa de tu eterna desdicha.

El Monje. Julio del 2001 Correo electrónico: monje@techemail.com