¿Te sorprende pueblo, que tu rey gaste una fortuna en sábanas y toallas para su palacio real? No lo creo. No lo creo simplemente porque con tu actitud denotas que estás conforme con eso y con cualquier otro capricho de tu gobernante. No lo creo porque haces un ademán de molestia pero tomas una actitud de franca aceptación y así te ves de nueva cuenta humillado, ultrajado y sonries como diciendo para eso estoy aquí, mófate de mi estupidez.
¡Ay! Triste suerte la de aquel que teniendo a su alcance el antídoto, no lo emplea y permite que el veneno fluya por todo su cuerpo, tendrá una muerte muy lenta y dolorosa, y mientras más tiempo pase más difícil le será cambiar su destino.
Así pues, contempla tu autodestrucción, pueblo de México, pues no has querido organizarte para combatir a tu enemigo.
El Monje. Junio del 2001 Correo electrónico: monje@techemail.com |