Gracia

Si, te has ido, siento un gran dolor por tu partida, ella te ganó el juego, ha coqueteado conmigo y yo me he acercado un poco a ella, pero contigo fue diferente. Sé que tu no querías irte, es más, ya había una cita para el domingo, sin embargo, ese jueves algo ocurrió y marcó tu nuevo rumbo. Es curioso, a partir de ese día he recordado los momentos en que acudí a ti en busca de apoyo y en los cuales nunca me negaste tu corazón a pesar de que a los ojos de los demás mi conducta no estuviera dentro de los parámetros "aceptables", y también recuerdo que el jueves necesitaba de ti pero ya no estabas, ¡claro que tuve coraje!, porque soy un egoista, solo pensé que tenía necesidad de ti y no al revés; si, fue la reacción ante ese antiguo y olvidado vacío, el vacío que resurge ahora, renovado y mucho más destructivo que antes y el cual tengo que enfrentar sin ti; pero eso ya no me importa, no me importa porque tu me ensenaste a hacerle frente y te lo agradezco, hoy sé que aún si me vence habré ganado. Lo que ahora me importa es conservar todo lo que aprendí de ti, enseñarlo a quien quiera aprender y seguir aprendiendo de personas como tú. Gracias Abuela.

En memoria de
Altagracia
26 de marzo de 1998



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