En fase

Después de andar un rato por el sombrío sendero el Monje llegó a una encrucijada; se detuvo, revisó la herida y continuó su camino. Mientras caminaba volvió a leer la carta, nunca antes le había escrito esa palabra; el Monje sonrió, sintió que habían tenido un acercamiento: esa simple palabra, esa enorme barrera, sincronía, vibración; se detuvo y comenzó a redactar una respuesta: el tiempo, el momento; ese era el momento, él lo sabía, sabía que el viaje continuaba y el continuaría viajando.



Escritos



Sin Censura El Monje.
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Anarquía Sin Censura